1) Modelo publicitaria & generadora de contenido de moda: el nuevo paradigma profesional
Hoy, las marcas ya no buscan solo rostros: buscan voces, estéticas y personalidades que conecten. Este nuevo perfil –que combina la modelo clásica con habilidades de comunicación digital– se ha convertido en el más requerido por agencias, estudios creativos y departamentos de marketing. No se trata simplemente de subir fotos a Instagram o videos a Tik Tok. Las modelos publicitarias que dominan el escenario actual entienden cómo construir una narrativa visual coherente, cómo posicionar una marca sin perder su identidad personal y cómo hablarle a una audiencia determinada.
Una buena modelo publicitaria puede protagonizar desde una campaña gráfica internacional hasta un reel de 15 segundos que venda más que un comercial de televisión. Y ese poder de conexión es, precisamente, lo que cotiza. Son modelos que trabajan en catálogos, producciones beauty, skincare, campañas comerciales, pero también en colaboraciones con marcas, microinfluencia, e-commerce, redes y moda urbana.
Lo más interesante de este perfil es su accesibilidad: no requiere entrar a una agencia ni cumplir con medidas determinadas, y mucho menos saber de pasarela. Requiere profesionalismo, visión, entrenamiento en producción de contenido, un buen portfolio comercial y una estrategia de marca personal impecable. En muchos casos, una modelo publicitaria puede gestionar su carrera en modo freelance y escalar internacionalmente desde su propio país/ciudad, siempre que tenga calidad de trabajo y constancia.
Por eso es el perfil con mayor demanda y mejor proyección en la actualidad. Es el presente de la moda. Y también su futuro.
2) Modelos profesionales para campañas, lookbooks y producciones de marca: lejos del show
Lejos del foco de las pasarelas o del ritmo de las redes sociales, existe un perfil de modelo que representa la esencia más técnica y profesional del trabajo visual: aquella que representa el imaginario de una marca, que posa para el lookbook de temporada, que protagoniza la campaña institucional de una firma de alta moda o que aparece –sin nombre, pero con impacto– en editoriales de las marcas de lujo y diseñadores más importantes del mundo.
Este perfil es menos visible en redes, pero absolutamente clave para la maquinaria de la industria. Y aunque no implica la exposición de una influencer, tiene un lugar muy firme, estable y mega rentable en el mapa profesional.
Las modelos de este tipo deben tener una excelente lectura de la profesión: saber interpretar una marca, modular su lenguaje corporal, adaptarse al tipo de prenda, al mensaje de cada imagen. No hay improvisación en este trabajo. Requiere técnica, entrenamiento, y sobre todo, experiencia.
A nivel internacional, este perfil tiene alta proyección, y el trabajo constante y altamente profesional puede convertir a la modelo en una “Top model”. Muchas agencias en mercados como Tokio, Paris, Londres, Milán o New York contratan exclusivamente a estas modelos: viajan, se presentan a cientos de castings, realizan campañas, y construyen una carrera con constancia y baja exposición mediática.
¿Se puede desarrollar sin agencia? Sí, aunque con muchas limitaciones. En las primeras etapas puede desarrollarse de forma independiente, pero para crecer y acceder a marcas consolidadas, contar con un agente o agencia madre suele ser fundamental. El proceso inicia con la construcción de un portfolio, polaroids, video casting, y sobre todo, paciencia y experiencia.
Este perfil es ideal para quienes buscan una carrera seria, profesional y prolongada.
3) Modelos de pasarela: el mito, el arte y la exigencia técnica
Ser modelo de pasarela aún representa, para muchas jóvenes, el ideal máximo de lo que significa “ser modelo”. Y aunque sigue siendo un nicho glamoroso y simbólicamente poderoso, hoy representa el segmento con menor estabilidad, rentabilidad y proyección a largo plazo.
La pasarela es arte en movimiento. Implica técnica pura, presencia escénica, expresión neutra y capacidad para resignarse ante el protagonismo absoluto de la prenda. Exige en muchas ocasiones medidas determinadas, alturas específicas, y disciplina emocional para lidiar con la exigencia de representar grandes marcas “en vivo”:
La mayoría de las modelos de pasarela trabajan mediante agencias internacionales que las representan en las capitales de moda más importantes de nivel mundial. Se viaja con frecuencia, se vive en departamentos de modelos, y el ritmo es intenso: fittings, castings, cambios de último momento, jornadas eternas.
La rentabilidad, sin embargo, es limitada si de pasarela hablamos. A diferencia de la creencia general, muchos desfiles no se pagan bien y el caudal de trabajo es inestable (semanas de moda únicamente, presentaciones de colecciones, etc). Pero si se combina con la carrera “clásica” de modelo profesional, será la gran diferencia que marcará tu éxito profesional. Sólo las modelos que logran posicionarse como “estrellas” acceden a honorarios altos o contratos exclusivos con grandes marcas.
¿Vale la pena intentarlo? Claro, si se cuenta con la vocación y voluntad de apostar a un camino intenso, corto y altamente competitivo. En muchos casos, el paso por la pasarela puede servir como trampolín para luego reconvertirse en modelo editorial o “influencer” de alto perfil. Pero como estrategia única, hoy la pasarela debe ser pensada como un eslabón, no como la cima.